Camino, por bulevar Oroño, hacía el río;
día domingo de frío,
mañana nublada otoñal;
voy por el medio de ese gran canal urbano,
por esa vía de mosaicos,
amenizada a los costados
con franjas de césped, árboles, pinos y
palmeras;
miro al piso:
una mariposa monarca yace caída
con su mirada marciana,
con sus alas flameando debilitadas;
la subo a mi mano y con la otra
de unas ráfagas la resguardo,
la acaricio energizándonos durante una
cuadra.
Se para en uno de mis dedos, aletea
y en la esquina frente a la fila de autos
levanta su vuelo ¡al cielo!;
la Danaus
erippus;
mágica-acompañante de este viaje.
Seba Muzzio.
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