La Madre Tierra me contrató;
las cláusulas del acuerdo fueron:
plantarás, sembrarás, recrearás la vida;
tu parte: el fruto jugoso, también seco;
usarás sus semillas para introducirte en la circularidad;
podrás navegar su cielo claro, sus aguas eternas,
volver a puerto, zarpar de nuevo,
simbiotizar con el cuento.
Una polilla diurna traerá el mapa, en sus alas dibujado,
para encontrar el tesoro más anhelado:
que se pose en mi dedo y luego levante vuelo.
Seba Muzzio.
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