Camino de alisos,
de agua es el piso,
simétrica hilera,
el viento que pega
y los ondula, los
bambolea;
verde-azulada es
la marea
por los follajes,
fractal cadena;
vamos remando por
los riachos,
el Paraná nos
espera,
inmenso,
asoleado,
viene del norte
un viento bravo,
dificulta la
remada pero no saca las ganas
de esta travesía
humedalezca,
por el capitán
guiada, desde su kayak
abriendo surcos
hasta la siguiente
escala; asado y
amigos, charlas y vino
en las islas, el
momento compartido
sobre la belleza
del ecosistema
brotado de abundancia,
alegre y bajo las
estrellas
donde enraizará
mi alma;
una espátula
rosada
nos saluda, en la
mañana
y una garcita
bueyera
toma la
delantera; compañeras,
en la parte
inundada de la costa,
ente carrizales y
ánimas
de las aguas, que
bajan,
nosotros subimos,
subimos al Sol,
serpiente
Lechigüanas
la proa apuntó,
ondulando por sus
escamas,
bancos de arena
encontró,
islas que atrapan
con ipomeas
blancas, tiran sus lazos
en los montes del
Humedal,
cuando me vaya
se prenderán a
mis pies;
exuberancia,
desde los
follajes, volvió
a mi visión,
en la savia se
espejó,
alimentando esta
encarnación,
suero al alma,
ave de río soy
yo.
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