sábado, 28 de mayo de 2022

 

La garza blanca, con su cuello “ese”, dice,

dice: “sigue mi vuelo, te llevaré

hacia el mágico misterio, pueblo islero

dónde te reencontrarás con tu ser primigenio”

que es el todo, atado, en una fibra de Eternidad

ondulada como un espejo, entre el río y la vía láctea,

mojando los sueños de amantes despiertos,

vislumbrando en lo incierto de esas entrañas sin fin,

mirándose por dentro, amando el alrededor y todas

las pequeñas cositas, como flores silvestres entre

las matas del césped, brillando a escala de la totalidad.

La garza sólo quería volar, pescar y contar cuentos,

yo, sólo quería remar, nadar en el Paraná, acoplarme

a la fauna y la flora, los personajes del lugar.


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