Una oración
que diga "flor", que diga
"sal",
que diga "dios, aquí estás",
ondulándote en la arboleda,
bola de tu cristal: la Luna llena,
electrizándome con tu savia violeta,
mostrándome la espiral eterna,
que el disfrute corre por tus venas
y lo amargo es solo un trago,
más bien hay besos de dulce caña,
yerbera-empalagosa,
como la vida cuando se goza,
¿quién quisiera?,
beber agua de rosas, libar del néctar,
medicina vigorosa de la Floresta;
hoy se celebra, prendiendo velas,
preparando la ofrenda: un alma en pena,
que ahora se ríe desencajada,
desencadenada en su nirvana.
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