Y ahora sí, miro el jardín, que es mi patria;
ahora es momento de la bandera en alto:
un árbol, es un curupí, lechosa savia;
una torcaza salta de allí hacia el naranjo,
siempre es así, árboles y pájaros;
amphelopsis, manto de hojas en la pared,
reviste este pequeño reino y en el invierno
se deshoja; antes dará su ofrenda roja
a mi visión y a la Pacha toda, será compost,
será otra historia; la lluvia escribe y el picaflor
marca el acento en los conceptos a destacar,
en esta obra sin final, solo con pausas para
recargar;
horneros caminan de aquí para allá, el suelo miran,
encuentran frases para el poema; los chingolitos
van
de a saltitos, traen ideas antes que sean
olvidadas;
las ramas retorcidas del curupí forman un ojo;
a través veo la mariposa, danaus erippus, metiendo
el pico
en flores de fuego; todo está floreciendo:
el cariño entre dos perros y yo, caricias y
lengüetazos;
las stapelias otorgan estrellas naciendo, capullos
por abrir,
atraerán a las moscas con su aroma llamador de esta
troupe
alada, sin tanta fama como las abejas o los
abejorros;
gnomos que merodean por los racimos de campanas
rosas,
colgadas de la bignonia spectabilis;
espectáculo, patio con bosque e invernáculo;
casa en el árbol, sería completa la canzonetta,
que cada día yo cantaría desde la cima,
desde esa nave de madera; llevo los frutos, llevo
las letras,
llevo la música, me sirvo un mate, serán poesías;
a más tardar, será una obra, será un libro
embotellado,
así lanzado al espacio sideral, a la brecha con los
demás;
con buenos deseos e imágenes que los puedan
abrazar;
será un discurso que darán las plantas y el humano
poco intervendrá;
bajaré a la huerta, buscando las hierbas
aromáticas, poetizarán
la tarde en mi alma; iré hacia los cultivos de
crasas y cactáceas,
la fuerza y los colores, en osmosis se integrarán a
mi cuerpo;
cuerpo y mente enlazados por el espíritu,
enraizados a Gaia
por las fibras luminosas, visitando la Infra tierra y su cuento
maravilloso; es como se diluye el tiempo y se
estira el espacio
y el árbol se ondula, gesticulando y abrazándonos
ante el vacío;
una Luz que alumbre este rinconcito, será una
explosión de amor
y de conciencia: que la nada es el sustrato de la
existencia
y crece la vida, armar y desarmar el rompecabezas;
te rompe la cabeza de tanto pensar en el origen:
¿por qué hay algo en lugar de nada?; en las savias
está
la conexión con el envés, quizás solo sea lado y
revés;
vamos a ver cómo es y luego seguiré amando, cocinar
el pan y despertar, atender tu llamado, ir juntos a
algún sitio,
escuchar las gotas caer bajo la enredadera, escribo
y es todo
una cadena o es una espiral como el caparazón del
caracol,
girándose al infinito; y el colibrí, que ser tan
fino, come de las flores,
así viviría: flor y una poesía; con mi tamiz
atravesar playa, selva, mar;
cuando sale el Sol, viajar hacia cada corazón y
cuando salga la Luna,
acunar angustias, miedos y oscuridad para dormitar
en paz.