lunes, 22 de julio de 2024

 

Alimentado a pucheros, voy,

creando un mundo nuevo,

guiado por el Sol y el lucero,

en noches de expansión miro al cielo,

dibujo y mapeo mi emoción

como un fértil terreno,

planto y siembro un jardín,

va queriendo, dialogando, muy feliz,

con la Pacha, ahora sí, floreciendo

desde el centro hacia cada recoveco

de la maquinaria, salen hadas, duendes

y alimañas atraídas por el perfume divino.

En el bosque se celebra,

luz de fogata, vasos de lata con espirituosas,

entre amigos compartimos los frutos del trabajo,

agasajos de la tierra y la mano certera,

acá, siempre es noche buena.

miércoles, 10 de julio de 2024

Premio PLAZA DE LOS POETAS


2° al 10° premio y menciones especiales del I CERTAMEN INTERNACIONAL DE POESÍA MARINA



                                                   PoeMar


Hay un bichito en cada cosa,

voy a beber agua de rosas y bailar;

desde el micro mundo del monte

hacia el Todo, bajo las cortezas

una chinche violeta vuela,

llega a la meta del día:

Sol y una brisa sureña,

buscamos leña, el fuego alumbra

los corazones, los sueños brotan

de a montones, las mañas, los dones

manifestándose con los labores

de campo, de río, en el jardín

un amorío entre salvias y mariposas,

sobre los pastos y en la costa,

las gallinetas y los zorros

nos reciben en sus dominios

de verde brillo, de sabiduría per se.

 

sábado, 22 de junio de 2024

 

De cara al Sol, empieza todo, al lado de una fuente:

lirios de agua, papiros enanos y una planta ondulada;

caracoles y malvones y la brugmansia, que llueve

con sus flores blancas, campanas estrelladas; es mi jardín:

huerta y Mantis, pimientos picantes, orejas de elefante;

refugio de mi ser, de mariposas y mis perros,

de ranas y colibríes, de pájaros y alguaciles,

de hormigas y salamandras; parejas entrelazadas

por un hilo de plata, que enhebra gran-mente-Gaia

y aparecen las naranjas, jugo y vitamina mantienen

la llama viva, el fuego de la inspiración para seguir

y advertir la belleza en cada gramo de luz, que viaja

hacia tu iris, creando este hermoso paisaje; y meter mano,

tierra y agua, maceta e hilera de siembra, siembra comarcas,

germinan aldeas de duendes y hadas para trabajar en comunidad;

el patio es una fábrica de vida, sueños, alimento; hacemos

bancos de madera, mesas, plantas, pan casero, nacen

insectos desde sus crisálidas; se estiran los lazos de mi espíritu

hacia cada rincón de la Pacha, se expande la conciencia

hacia todo fotograma de la realidad; la parte velada se revela,

en noches de rituales, pero nunca entera.


viernes, 21 de junio de 2024

 

Y ahora sí, miro el jardín, que es mi patria;

ahora es momento de la bandera en alto:

un árbol, es un curupí, lechosa savia;

una torcaza salta de allí hacia el naranjo,

siempre es así, árboles y pájaros;

amphelopsis, manto de hojas en la pared,

reviste este pequeño reino y en el invierno

se deshoja; antes dará su ofrenda roja

a mi visión y a la Pacha toda, será compost,

será otra historia; la lluvia escribe y el picaflor

marca el acento en los conceptos a destacar,

en esta obra sin final, solo con pausas para recargar;

horneros caminan de aquí para allá, el suelo miran,

encuentran frases para el poema; los chingolitos van

de a saltitos, traen ideas antes que sean olvidadas;

las ramas retorcidas del curupí forman un ojo;

a través veo la mariposa, danaus erippus, metiendo el pico

en flores de fuego; todo está floreciendo:

el cariño entre dos perros y yo, caricias y lengüetazos;

las stapelias otorgan estrellas naciendo, capullos por abrir,

atraerán a las moscas con su aroma llamador de esta troupe

alada, sin tanta fama como las abejas o los abejorros;

gnomos que merodean por los racimos de campanas rosas,

colgadas de la bignonia spectabilis;

espectáculo, patio con bosque e invernáculo;

casa en el árbol, sería completa la canzonetta,

que cada día yo cantaría desde la cima,

desde esa nave de madera; llevo los frutos, llevo las letras,

llevo la música, me sirvo un mate, serán poesías;

a más tardar, será una obra, será un libro embotellado,

así lanzado al espacio sideral, a la brecha con los demás;

con buenos deseos e imágenes que los puedan abrazar;

será un discurso que darán las plantas y el humano poco intervendrá;

bajaré a la huerta, buscando las hierbas aromáticas, poetizarán

la tarde en mi alma; iré hacia los cultivos de crasas y cactáceas,

la fuerza y los colores, en osmosis se integrarán a mi cuerpo;

cuerpo y mente enlazados por el espíritu, enraizados a Gaia

por las fibras luminosas, visitando la Infra tierra y su cuento

maravilloso; es como se diluye el tiempo y se estira el espacio

y el árbol se ondula, gesticulando y abrazándonos ante el vacío;

una Luz que alumbre este rinconcito, será una explosión de amor

y de conciencia: que la nada es el sustrato de la existencia

y crece la vida, armar y desarmar el rompecabezas;

te rompe la cabeza de tanto pensar en el origen:

¿por qué hay algo en lugar de nada?; en las savias está

la conexión con el envés, quizás solo sea lado y revés;

vamos a ver cómo es y luego seguiré amando, cocinar

el pan y despertar, atender tu llamado, ir juntos a algún sitio,

escuchar las gotas caer bajo la enredadera, escribo y es todo

una cadena o es una espiral como el caparazón del caracol,

girándose al infinito; y el colibrí, que ser tan fino, come de las flores,

así viviría: flor y una poesía; con mi tamiz atravesar playa, selva, mar;

cuando sale el Sol, viajar hacia cada corazón y cuando salga la Luna,

acunar angustias, miedos y oscuridad para dormitar en paz.


martes, 18 de junio de 2024

 

Las azucenas han cambiado su color,

del rojo al blanco, del blanco al rojo,

combinados, co-co-co-combinados;

las azucenas han cambiado su color,

del blanco al rojo, del rojo al blanco,

lo vi yo.

 

La azucena abrirá su flor, como un puente cruzaré el amor;

hacia el este espera un fogón y amores de agua, arena y Sol;

la mimosa cerrará su hoja, se contrae al rozarla suave

y la niebla traerá la duda que humedezca y nutra la pregunta;

y la Luna traerá la dicha, brillo llena la flor del malvón.

 

La azucena muestra su congoja, muere el ángel que cuidó esa rosa;

fueron años de capullo a flor, de perfume entre las espinas,

se esparcía llamándote a vos; que venías como un colibrí,

como una monarca o como hormiga,

la nariz hundías en su geometría sagrada-fractal;

medición de lo infinito es oxímoron;

fatal será la escisión de tu alma con el jardín del Sol;

el ángel que no pudo ser, fue oscuro y te invito a ver

del lado del ego sin flor; marchita tierra de dolor,

había un poco de placer a cuenta de entregar tu sien

cien veces a la depresión, la parca siempre merodeó;

un duende su pincel mojó, la paleta cromática te hechizó

de bosques, estrellas y río: comarca al lado del camino;

de brindis, música y reunión: el espíritu cerca del corazón.

 

Bulbo-pulpo de tentáculos verdes,

la azucena así emergió y ahora surge su vara,

que sostendrá tres flores, regalo del núcleo;

transmuta en pétalos y néctar toda su pasión

de lava y petróleo en el centro de la Tierra,

siempre en producción,

calentando y hechizando las semillas,

desde abajo para arriba el esplendor,

nutriendo las capas del limo,

fertilidad y cuna para la creación.

 

Azucena, a su cena picaflor:

succione el azúcar natural,

jugo floral de la campana roja y blanca;

llene su motor de amor en savia,

bata sus alas, un millón de aleteadas,

surque el jardín con su piel abrillantada

verde-azulada; pequeña hada-ave-mágica;

piquito polinizador desparrama

la continuidad en muchas plantas;

dicen, eres retorno de almas cercanas.




lunes, 17 de junio de 2024

 

Antes, siempre, las arrancaba

porque no sabía que eran plantas

nutricias de hadas, que llevan

la magia en sus alas;

ahora, las cultivo:

flor de fuego, lantana,

achira amarilla, malvavisco,

canario rojo, escoba dura,

clavel del aire, sunchillo;

las orugas se alimentan,

en sus cuerpos se fermenta

la alquimia dorada del Sol y la Pacha;

tejen su crisálida, cristal de meditación,

transmutan y se secan, vuelan;

mariposas llevando, su lema

de, colores fundidos como acuarelas;

trazos nítidos de la gran

inteligencia multiversal;

pintó con savia y sangre estelar

a cada esencia, a toda entidad;

cada teorema que quiere tocarla

también es un alma,

todo gestito de este jardín

en la trama sin fin.


  Alimentado a pucheros, voy, creando un mundo nuevo, guiado por el Sol y el lucero, en noches de expansión miro al cielo, dibujo y ...