viernes, 21 de junio de 2024

 

Y ahora sí, miro el jardín, que es mi patria;

ahora es momento de la bandera en alto:

un árbol, es un curupí, lechosa savia;

una torcaza salta de allí hacia el naranjo,

siempre es así, árboles y pájaros;

amphelopsis, manto de hojas en la pared,

reviste este pequeño reino y en el invierno

se deshoja; antes dará su ofrenda roja

a mi visión y a la Pacha toda, será compost,

será otra historia; la lluvia escribe y el picaflor

marca el acento en los conceptos a destacar,

en esta obra sin final, solo con pausas para recargar;

horneros caminan de aquí para allá, el suelo miran,

encuentran frases para el poema; los chingolitos van

de a saltitos, traen ideas antes que sean olvidadas;

las ramas retorcidas del curupí forman un ojo;

a través veo la mariposa, danaus erippus, metiendo el pico

en flores de fuego; todo está floreciendo:

el cariño entre dos perros y yo, caricias y lengüetazos;

las stapelias otorgan estrellas naciendo, capullos por abrir,

atraerán a las moscas con su aroma llamador de esta troupe

alada, sin tanta fama como las abejas o los abejorros;

gnomos que merodean por los racimos de campanas rosas,

colgadas de la bignonia spectabilis;

espectáculo, patio con bosque e invernáculo;

casa en el árbol, sería completa la canzonetta,

que cada día yo cantaría desde la cima,

desde esa nave de madera; llevo los frutos, llevo las letras,

llevo la música, me sirvo un mate, serán poesías;

a más tardar, será una obra, será un libro embotellado,

así lanzado al espacio sideral, a la brecha con los demás;

con buenos deseos e imágenes que los puedan abrazar;

será un discurso que darán las plantas y el humano poco intervendrá;

bajaré a la huerta, buscando las hierbas aromáticas, poetizarán

la tarde en mi alma; iré hacia los cultivos de crasas y cactáceas,

la fuerza y los colores, en osmosis se integrarán a mi cuerpo;

cuerpo y mente enlazados por el espíritu, enraizados a Gaia

por las fibras luminosas, visitando la Infra tierra y su cuento

maravilloso; es como se diluye el tiempo y se estira el espacio

y el árbol se ondula, gesticulando y abrazándonos ante el vacío;

una Luz que alumbre este rinconcito, será una explosión de amor

y de conciencia: que la nada es el sustrato de la existencia

y crece la vida, armar y desarmar el rompecabezas;

te rompe la cabeza de tanto pensar en el origen:

¿por qué hay algo en lugar de nada?; en las savias está

la conexión con el envés, quizás solo sea lado y revés;

vamos a ver cómo es y luego seguiré amando, cocinar

el pan y despertar, atender tu llamado, ir juntos a algún sitio,

escuchar las gotas caer bajo la enredadera, escribo y es todo

una cadena o es una espiral como el caparazón del caracol,

girándose al infinito; y el colibrí, que ser tan fino, come de las flores,

así viviría: flor y una poesía; con mi tamiz atravesar playa, selva, mar;

cuando sale el Sol, viajar hacia cada corazón y cuando salga la Luna,

acunar angustias, miedos y oscuridad para dormitar en paz.


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