Saco el pájaro de fuego que hay en mí,
si está soleado, si está nublado brilla más;
saco el lobo estepario que hay en mí,
si es Luna llena con cielo claro, te iré a buscar;
saco el duende agazapado que hay en mí,
tocón de estrellas, puerta abierta hacia el sinfín;
saco la Mantis alquimista que hay en mí,
transmuto flores hacia canciones, me gusta así;
saco el pétalo de trueno que hay en mí,
renacimiento es la tormenta, yo ya lloví;
saco la rana de laguna que hay en mí,
siento la lluvia que está viniendo, habrá festín;
saco la orquídea florecida que hay en mí,
si es vainilla, vos sos dulcera, vas a venir;
saco las venas Humedales que hay en mí,
fluyo hacia el río, nado y remo, arena y Sol;
saco el monte de espinillos que hay en mí,
Sol anisado deja brillando mi infusión;
saco el riacho ondulado que hay en mí,
voy orilleando, cauce angosto y virazón;
saco el águila de agua que hay en mí,
levanto vuelo, isla y ciudad, caracará;
saco el perro cimarrón que hay en mí,
voy desatado por las lagunas en invierno;
saco el remero campista que hay en mí,
bote y amigos, con mi bagaje arrancaré;
saco el niño jardinero que hay en mí,
entre algodones pongo semillas, van a salir;
saco el gato mimoso que hay en mí,
al lado tuyo me acurruco, mutuo calor;
saco la flor de irupé que hay en mí,
crece en el río, perfuma sueños y los cumple;
saco el cúmulo estelar que hay en mí,
muere el ego y el apego, Eternidad.
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