martes, 18 de junio de 2024

 

Las azucenas han cambiado su color,

del rojo al blanco, del blanco al rojo,

combinados, co-co-co-combinados;

las azucenas han cambiado su color,

del blanco al rojo, del rojo al blanco,

lo vi yo.

 

La azucena abrirá su flor, como un puente cruzaré el amor;

hacia el este espera un fogón y amores de agua, arena y Sol;

la mimosa cerrará su hoja, se contrae al rozarla suave

y la niebla traerá la duda que humedezca y nutra la pregunta;

y la Luna traerá la dicha, brillo llena la flor del malvón.

 

La azucena muestra su congoja, muere el ángel que cuidó esa rosa;

fueron años de capullo a flor, de perfume entre las espinas,

se esparcía llamándote a vos; que venías como un colibrí,

como una monarca o como hormiga,

la nariz hundías en su geometría sagrada-fractal;

medición de lo infinito es oxímoron;

fatal será la escisión de tu alma con el jardín del Sol;

el ángel que no pudo ser, fue oscuro y te invito a ver

del lado del ego sin flor; marchita tierra de dolor,

había un poco de placer a cuenta de entregar tu sien

cien veces a la depresión, la parca siempre merodeó;

un duende su pincel mojó, la paleta cromática te hechizó

de bosques, estrellas y río: comarca al lado del camino;

de brindis, música y reunión: el espíritu cerca del corazón.

 

Bulbo-pulpo de tentáculos verdes,

la azucena así emergió y ahora surge su vara,

que sostendrá tres flores, regalo del núcleo;

transmuta en pétalos y néctar toda su pasión

de lava y petróleo en el centro de la Tierra,

siempre en producción,

calentando y hechizando las semillas,

desde abajo para arriba el esplendor,

nutriendo las capas del limo,

fertilidad y cuna para la creación.

 

Azucena, a su cena picaflor:

succione el azúcar natural,

jugo floral de la campana roja y blanca;

llene su motor de amor en savia,

bata sus alas, un millón de aleteadas,

surque el jardín con su piel abrillantada

verde-azulada; pequeña hada-ave-mágica;

piquito polinizador desparrama

la continuidad en muchas plantas;

dicen, eres retorno de almas cercanas.




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