Rosario, cuna de
artistas,
desde el Humedal
me presento
y pido pista
(pista, pista, pista),
vengo volando
desde la isla,
vengo remando del
fondo del cosmos,
volviendo hacia
acá,
vislumbrando la
Eternidad,
vengo nadando
desde la laguna,
allí encontré
toda mi fortuna
en un irupé,
brillando me
alumbra su flor de mujer,
rebota en la Luna
y vuelve a bajar,
desde el pantano
hacia la luminosidad,
lo veo claro, una
forma de actuar
ante la
adversidad, salir adelante
con mucho aguante
del maquinal
embate, que día a
día
nos busca
moldear,
robots sin verde,
solo gris
en ropa y en
alma,
yo prefiero
arcoíris
brotando desde el
vientre,
pasando por el
plexo
solar, subiendo
al cerebro,
lubricando la
garganta,
germinando en el
espacio
con los demás,
entrelazados,
como un micelio,
con la divinidad.

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