Puro cedrón es este mate,
palo, paico y yerba infusión,
nutre mi poesía a la tarde
más las invisibles gotas
del Sauce llorón que caen;
la hoja en blanco ahora es
juego y oráculo jardinero,
Paraná emanación,
barcos que pasan,
dejan alguna frase;
las playas que veo enfrente
programan mi sueño
mientras disfruto esta costa
junto a varas florecidas
de cortadeiras, llamas
amarillo pálido que parecen
no apagarse, fogoneando
el plan de remar, cruzar el río,
acampar en las islas del Humedal,
apartarse un rato de la locura
en la ciudad.
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