Tiro palitos, reavivo el fueguito,
estoy en la isla, playa y muy tranquilo,
me tomo un mate, escribo un versito,
miro el río y me deslizo con el viento
hacia el ritmo de la Pacha y su caudal
infinito;
florezco al Sol, que día tan lindo,
Humedal-esplendor en la costa
con mi amigo: un perrito
cimarrón-lagunero,
puro amor “paranacero”;
así voy, así medito,
honrando a la deidad,
alineándome de a poquito
como la Luna creciente con los planetas,
tridente piramidal sobre ella,
coronando en la cima a la estrella roja,
marcando el tono, nervio del cosmos,
el multiverso y sus recodos,
puntos de anclaje para este viaje
que siempre empieza y nunca termina,
refuerza al alma para que siga
manteniendo la magia viva,
que es la chispa fractal-divina,
enciende y limpia terceros ojos
para crear puentes de retorno
y charla con Nuestra Señora Gea;
de flores será su trono.
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